Conflicto étnico y conflicto ético

Cartas al Mercurio por el Equipo de Pastoral Mapuche Católico de Santiago

Domingo 16 de Agosto de 2009
Conflicto étnico y conflicto ético

Señor Director:

El velorio del joven Jaime Mendoza Collío dura cuatro días. Los mapuches saben, por la sabiduría de sus ancestros, que el encuentro con la muerte es una experiencia que necesita tiempo para ser digerida. La llegada de la muerte a nuestras vidas nos remece, hace que nos miremos a nosotros mismos con distancia, que confrontemos con ella nuestro entendimiento de quienes somos y las convicciones por las que vivimos, el lugar que habitamos y desde el cual miramos: nuestra ética. Eso requiere tiempo, espacio para el duelo, la oración, la compasión y el diálogo. Eso debe ser lo que está viviendo por estos días la familia del joven Jaime Mendoza Collío, sus familiares, amigos y todo el pueblo mapuche que solidariza con ellos.

¿Y a nosotros que no somos mapuches? ¿Qué nos provoca esta muerte? ¿Nos ayuda a mirarnos a nosotros mismos con distancia, quizá como nos miran ellos? La muerte de un mapuche, sea en un enfrentamiento frontal o por la espalda, ¿cuestiona el modo en que comprendemos este problema?

La muerte de Jaime Mendoza Collío, ¿sólo llegó para reforzar lo que pensábamos previamente del problema? ¿Cambiará en algo nuestro modo de comprenderlo este encuentro con la muerte? Si no, cabe preguntarse qué importancia le da nuestra conciencia ética a la muerte, cuando irrumpe en nuestra casa o en la ajena para remecernos. El domingo su familia lo entierra. Para ellos la comprensión de la vida habrá dado un giro. Al amparo de su sabiduría ancestral se habrán hecho las preguntas fundamentales que sostienen la vida de todo ser humano. También para muchos jóvenes mapuches esta muerte plantea un conflicto ético que no sabemos cómo se resolverá.

La muerte de Jaime ¿entró también a nuestra casa para confrontar nuestras precomprensiones? ¿O lo enterraremos en los archivos para seguir tratando el problema tal y como lo estamos haciendo? Jaime es solamente un mapuche joven, campesino y pobre. Su muerte corre el riesgo de no remecernos como lo hacen otras, el llanto de su madre mapuche de no conmovernos. No lo hizo la de Alex Lemún y Jorge Suárez Marihuan el 2002, la de Julio Huentecura el 2004, la de Xenón Díaz Necul el 2005, Juan Collihuín el 2006, Matías Catrileo y Johnny Cariqueo el 2008.

Luis García-Huidobro SJ.
Miembro Equipo de Pastoral Mapuche Católica de Santiago

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Fuente: El Mercurio (Vea las reacciones de los winkas racistas, seguramente con intereses económicos en el territorio ancestral de la nación Mapuche)



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