Encuentro Histórico:

Príncipe Felipe de Araucania y Patagonia se Reúne con Líderes Mapuches

Boletín Aukiñ  - Primer Semestre 1989

Durante los días 29 de marzo al 14 de abril de 1989, tuvo lugar la visita del Príncipe Felipe a la Argentina y Chile. Este viaje, el primero en más de un siglo por un descendiente de la Monarquía, que se fundara en 1860, se realizó bajo un clima de prudente cautela y expectación por la dirigencia Mapuche. Invitado por organizaciones mapuches, el huésped del pueblo Mapuche fue groseramente insultado por los medios de comunicación, particularmente de la Argentina, los cuales se esforzaron en otorgarle el mismo trato publicitario, que un siglo antes, había sido objeto el propio Rey Orélie Antoine, y de paso aprovechando que el tema indígena recobraba (por algunos días) actualidad en los medios de comunicación masivo, salieron a relucir elementos racistas y anti-mapuches disfrazados de patriotas y nacionalistas, que siempre encuentran amplio espacio en las páginas y medios de comunicación winka (chileno/extranjero) para denigrar una vez más a nuestro pueblo, calumniar, burlarse de nuestros héroes e historia.

Sin embargo, a pesar que los motivos y circunstancias que convergieron en la creación del Reinado han sido escondido o escrupulosamente manipulados en la historia "oficial" impartida por la sociedad opresora, el pueblo Mapuche y sus organizaciones, de ambos lados de la cordillera de Los Andes, no se dejaron arrastrar por el coro de la ignominia o los intentos persuasivos de desasociarlo con el distinguido visitante. De vuelta a Paris, el Príncipe Felipe, nos relato sus impresiones.

Antes de viajar a la Argentina y Chile, entrevistado por la revista VM de Santiago de Chile, el Príncipe Felipe declaro: "Mi propósito es llamar la atención sobre la condición anormal en que se mantiene a los mapuches a pesar que Dios lo puso primero en esas tierras". Sin duda se encontró con una situación bastante anormal, de cómo lo dejara su ancestro el Rey Orélie; el pueblo Mapuche ya no controla su territorio y para los que sobrevivieron el holocausto de la guerra de tierra arrasada -aplicada por los criollos- durante la "Pacificación de la Araucania" y las "Campañas del Desierto", su futuro de pueblo es cada día más incierto. Confinados en reducidos espacios de las peores tierras, apenas les permite sobrevivir miserablemente, y aún así se las continúan robando.

Muchos lof (comunidades) están siendo amenazadas por la instalación de centrales hidroeléctricas que les inundará sus tierras, como es el caso de las comunidades Pewenche en la región del Alto Bío-Bío en Chile o de Pilquiniyeu del Limay en Argentina, por nombrar dos ejemplos. Bajo leyes impuestas y el imperio de una 'justicia' en la que el mapuche siempre pierde, hoy se suman los basureros, en las cercanías de Temuco, en medio de 7 comunidades mapuches, con graves consecuencias para la salud, especialmente para los más vulnerable, los niños y ancianos (por la contaminación de ratas y moscas), y en la Argentina, a pesar de la protesta nacional, aún se cierne la amenaza de la instalación de un basurero nuclear en la zona de Castre en Chubut, ubicada también en comunidades mapuches.

En efecto, el Príncipe Felipe pudo ver y vivir personalmente el trato 'normal' que se le da al 'indio'; el desprecio a nuestra cultura, la prepotencia racista que se expresa en los medios de comunicación y en el trato cotidiano del winka hacia el mapuche, en la que derechos básicos inherentes de toda persona humana como el vestir y usar sus vestimentas propias es motivo de insultos, y en oficinas públicas se les rehúsa atender (como le sucediera recientemente a miembros de la organización Folil-che Aflaiai); mientras en la Argentina el intentar llevar sus nombres indígenas constituye un degradante y dilatado proceso. Todo esto a las puertas del siglo XXI, en sociedades que se autoproclaman terriblemente civilizadas, sofisticadas y modernas, respetuosas de toda ética acorde con los altos valores humanistas y cristianos. El Príncipe Felipe refiriéndose a esta situación después de haber comprobado personalmente, el lamentable estado de postración en el que se mantiene a los mapuches, nos dijo: "Después de haber visto y haber constatado, uno siente la necesidad de una gran urgencia de acción".

Relatándonos cronológicamente su viaje nos cuenta que sus 17 días de viaje por la Argentina y Chile y después de haber respondido numerosas entrevistas en la prensa, radio y TV: "estoy ahora en el proceso de hacer mi primera evaluación. Estoy impresionado por la calurosa bienvenida que recibiera en la Argentina por la Asociación Indígena de la República Argentina (AIRA) y el Centro Kolla" (...) "Me gustaría mencionar particularmente a mi amigo Rogelio Guanuco, Presidente del AIRA, quién me acompaño durante toda mi estadía en Argentina, y mi amigo el Cacique Pincen, cuyo compromiso con la causa de sus hermanos es conocido por todos".

Su viaje a la Argentina incluyo una visita al Museo de Ciencias Naturales de la ciudad de La Plata, allí mantienen los cráneos de los lonkos (jefes, caciques) mapuches que los criollos triunfantes de la "Campañas del Desierto", desenterraran y hoy los mantienen exhibiendo como "trofeos de guerra". La idea del Príncipe Felipe era protestar: "Expresamos nuestra indignación al ver los cráneos de los grandes caciques de la Guerra de La Pampa, conservados como 'trofeos de guerra'. En Trenque Lauquen, puse la primera piedra en el Panteón Mapuche, en el cual tarde o temprano contendrán esos huesos sagrados". Esta loable y significativa iniciativa no encontró (dentro de los medios de comunicación) ninguna simpatía. Sin duda debe haber causado extrañeza la 'insolencia' de los mapuches de tratar también homenajear a sus padres de la patria, tanto es así que el Intendente Municipal Jorge Barracchia se negó terminantemente asistir al acto de colocación de la piedra fundamental, ese es el respeto que los winkas demuestran por nuestra historia, nuestros héroes, nuestro pueblo.

En Santiago de Chile depositó una ofrenda de Copihue (la flor sagrada de los mapuches) en la estatua de Caupolicán, lo acompañaron dirigentes de la organización Mapuche de residentes en Santiago, Folil-che Aflaiai. Aunque la estatua como monumento histórico, está lejos de satisfacer nuestras expectativas de un símbolo representativo, que este a la altura de uno de nuestros más preclaro héroe y mártir de la resistencia indo-americana, medio desnudo y con plumas, según tengo entendido, réplica fiel de una similar existente en el país del Norte, la estatua no cumple otra función que reforzar los estereotipos creados. Quizás sea necesario aclarar a quienes crean que la estatua a Caupolicán fue hecha como una muestra de respeto y homenaje de los chilenos a nuestro héroe, se equivocan, los fines de su construcción, en el cerro Huelen (hoy Santa Lucia) tiene fines exclusivamente folclórico y turísticos. Sin duda llegará el momento, en el cual el pueblo Mapuche le levantará a sus padres de la patria, estatuas y memoriales como ellos se lo merecen, con grandeza y dignidad de verdaderos héroes y como un sentido homenaje a casi 350 años de lucha victoriosa contra la agresión extranjera. El gesto del Príncipe Felipe es lo que vale, pues tiene relevancia histórica, quizás sea la primera vez que un visitante extranjero rinde homenaje y expresa respeto por nuestro padre de la patria Mapuche.

Las reacciones de la Prensa Winka

Creo vale la pena detenerse para comentar la actitud de la prensa winka; si bien es cierto -como siempre- ésta no tuvo ningún efecto en los mapuches, no lo fue así para el visitante, quién debió querellarse por injurias y calumnias contra el diario Clarín de Buenos Aires. Para los mapuches que seguimos de cerca todo lo que la prensa escrita comenta sobre nuestro pueblo, debo confesar que no esperábamos que elementos ultra reaccionarios y racistas pudieran -a esta altura- hacer uso (tan fácilmente) de tribunas en los medios de comunicación serios de Buenos Aires para sembrar odio, calumniar, insultar y gratuitamente herir la dignidad Mapuche. El Sr. Enrique Oliva, que para no dar la cara escribe bajo el nombre de Francois Lepot, su odio y desprecio al mapuche no tiene límites; refiriéndose a la creación del Reinado en Araucania y Patagonia y la nominación de Orélie Antoine como Rey, ignorando un mínimo de decencia moral y ética profesional, escribe: "Se hizo coronar por Tehuelches, Puelches y otros caballeros indios, feroces alcohólicos, comedores de carne cruda", para luego afirmar en otro artículo del mismo diario (Clarín), que la formación del Reinado fue el producto de: "Cuatro días de borracheras sacrificios de caballos, bailes rituales,...". Creo no vale la pena gastar papel para responder a este individuo que, claramente está fuera de tiempo y lugar; quizás en tiempo de las "Campañas militares" del sanguinario General Roca, en el siglo pasado o formando parte del equipo de propaganda Nazi, que persuadía y justificaba el exterminio Judío habría estado en su 'salsa'.

Estoy seguro que nadie con sentido común podrá asumir que la resistencia victoriosa de casi tres siglos y medio contra la intervención colonialista sea el fruto de alcohólicos y supersticiosos. Creo la mayoría de los argentinos no quieren perpetuar el odio contra gente indefensa, que perdió su libertad, su territorio y fuera objeto del más brutal genocidio que conoce la historia americana, es realmente patético comprobar hoy, que a pesar que se nos mantiene en un estado caótico de abandono y miseria, carente de toda forma y medios de defensa, en una sociedad que controla nuestro destino y nos niega nuestros derechos humanos básicos, se nos siga cobardemente insultando de una manera arrogante y altanera como en los mejores tiempos de la "Pacificación" y las "Campañas". Todo esto, por supuesto, lo justifican en nombre de una etiqueta nacionalista. Creo la intelectualidad Argentina debe salirle al paso a este tipo de elementos, si se quiere que la "reconciliación y justicia histórica" con los pueblos indígenas (de la que hoy tanto se habla) tenga algún significado.

En cuanto a la prensa chilena ésta se vio envuelta en un curioso dilema. Al no encontrar ninguna organización Mapuche que criticara o rechazara la visita del Príncipe Felipe, invento una propia, con un llamativo y ambicioso nombre "Confederación Indígena de Chile" (1) y, como no hay organización sin cabeza visible, nada mejor que -para la ocasión- un lonko (jefe, cacique); su nombre Lonko Kilapan, quién será convertido por los medios de comunicación en el "representante del pueblo Mapuche" y así con 'bombos y platillos', se puso en marcha el plan 'Lonko Kilapan', su función (obedeciendo oscuros propósitos) será protestar por la presencia en Chile del Príncipe Felipe, porque -según declaró-; "atenta contra la seguridad exterior y soberanía del Estado". Los diarios reportan la noticia con gran entusiasmo, para un público obviamente extranjero, con titulares como: "Representantes de las principales organizaciones indígenas"; "Los Indígenas de Chile"; y el diario La Tercera va aún más lejos: Representantes de las comunidades Araucanas, Pascuenses y Aimaras de nuestro País", etc. Los diarios chilenos dejaban establecido -ante el mundo- de un supuesto rechazo Mapuche a la visita del Príncipe Felipe.

Mientras los periódicos chilenos creaban la sensación de un rechazo indígena del huésped mapuche, en la realidad el Príncipe Felipe se reunía con verdaderos dirigentes, con representantes de verdaderas organizaciones mapuches en el sur de Chile. Más tarde los mapuches desenmascararon el 'show publicitario', la "confederación mapuche" no existe y el 'lonko', no representa ni a su familia y es mas... es winka, es decir no es Mapuche por lo tanto no puede ser lonko. El Príncipe Felipe quería iniciarle una querella, pero los abogados mapuches desecharon el caso porque no 'vale la pena' perder el tiempo.

Hay algo sin embargo que los mapuches ignoran, este individuo contactó al Príncipe Felipe a principios de 1982, asegurándole que él era el legítimo descendiente de "Lonko Kilapan" (padre de la patria Mapuche del siglo pasado) y según copia de carta en Francés que obra en los archivos del Centro de Documentación Mapuche de Inglaterra, le cuenta que su conocimiento del idioma francés proviene de su familia (de muchas generaciones) que la habría aprendido del propio Rey Orélie. Lo peor de todo, al contrario de lo que afirmara en los diarios (sin que nadie se lo preguntara) en el sentido que los mapuches no habrían recibido ayuda del Príncipe Felipe, este individuo ha estado recibiendo apoyo financiero de parte de agencias europeas y del propio Príncipe Felipe que le apoyara, entre otras cosas, para la construcción de una escuela.

Creo los mapuches deben tomar en serio a este fresco, que usando el nombre de uno de nuestros héroes para cazar incautos, engaña y roba descaradamente en nombre de la solidaridad. La declaración de la "Futa Trawun Kiñewan Mapuche" del 26/03/88 suscrita por las organizaciones mapuches, que prohíbe este tipo de actividades, debe ponerse a efecto con todo su rigor lo antes posible, para que acciones como éstas no se vuelvan a repetir. El Príncipe Felipe refiriéndose a los ataques a su persona, dice: "El cacique Sayhueque (descendiente del último lonko que se rindiera a fines del siglo pasado) salvó la situación: 'le pido que perdone a los periodistas winkas, ellos han escondido la verdad histórica, por favor sea bienvenido". Creo el Lonko Sayhueque interpretó el sentir de todos los mapuches de ambos lados de la cordillera, sobre la visita a nuestro Wallmapu (territorio) del distinguido visitante.

Reflexionando sobre su viaje, el Príncipe Felipe nos cuenta que; "Nosotros acordamos que para el mes de septiembre de 1989, deberé dirigirme a las asociaciones con las cuales me reuní, concerniente al resultado de mis reflexiones y sugerencias, les anunciaré que me comprometeré solamente en acciones que recibiera previa aprobación".

El Príncipe Felipe a pesar de la espontaneidad en los preparativos de su viaje a la zona Mapuche, se entrevistó con las principales y casi totalidad de las organizaciones mapuches de ambos lado de la Cordillera -17 en total- fue recibido por lonkos y machi (autoridades máxima mapuche) y visitó varias comunidades, fue recibido con respeto, cordialidad y hasta afecto por gente de los cuales sólo conocía por libros. En Argentina los miembros de la Comisión provincial de Identificación y Adjudicación de Tierras a las Comunidades Aborígenes, le extendieron un documento para que gestione apoyo financiero ante organismos internacionales, gubernamentales y no-gubernamentales con el objeto de dar cumplimiento a los objetivos de la Ley Provincial No. 3247 de la provincia de Chubut.

Por otra parte, la Asociación Indígena de la República Argentina lo hizo socio honorario y lo nombró delegado internacional. Dentro de las medidas prácticas que el Príncipe Felipe tiene contemplado es la creación de una fundación de ayuda al pueblo mapuche, y este año, por primera vez, participó en el "Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas" de la ONU, que se realizó la primera semana de agosto, en Ginebra. Este organismo está discutiendo una 'Declaración Universal sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas'. También se ha contactado con el Fondo Monetario Internacional (a propósito de la visita a Buenos Aires de una comisión de alto nivel de esa entidad) instándole facilitar créditos a la Argentina con la condición que el Estado favorezca a los más necesitados de la nación, es decir, los pueblos indígenas.

Considerando que el Príncipe Felipe no pretende atribuirse la representación ni ser el portavoz del pueblo Mapuche, además (como lo expresara en diferentes ocasiones), no desea reconstituir la monarquía, por lo tanto el título que ostenta, tiene sólo valor simbólico, producto de una herencia moral, herencia que hoy nadie pone en duda y cuyas implicancias jurídicas en el derecho internacional puede ser de gran relevancia para el pueblo Mapuche. Que con su título es más posible que las puertas se abran en sus gestiones de apoyo a los mapuches, en su lucha por sus derechos históricos, la defensa de sus tierras, su cultura y autodeterminación, derechos hoy conculcados por la legalidad institucional de ambos estados y el derecho internacional vigente relacionados con los pueblos indígenas.

Creo sería altamente contraproducente que los gobiernos les prohíban a los mapuches establecer relaciones bilaterales de ayuda y cooperación con personas o pueblos que ellos estimen necesario. Tomando en cuenta que nuestro pueblo no ha renunciado al derecho a la autodeterminación; las fraternas y fructíferas relaciones con el heredero del que fuera (un poco más de un siglo) un fiel amigo y única voz solidaria en el exterior con nuestro pueblo, no puede ni podrá ser un problema. La gesta de Orélie Antoine, única en la historia indo-americana, por su entrega total a la causa de nuestro Pueblo por el que ofrendara su vida, nos dejó unidos en el tiempo y en la historia; historia que registra y nos enseña que siempre han habido winkas que han hablado en favor de nuestro pueblo, pero que sin embargo escasos fueron aquellos que demostraron su solidaridad práctica; apoyo que desde la ocupación de su territorio nuestro pueblo la ha necesitado y seguramente la necesitará en el futuro. El Príncipe Felipe lo está demostrando con hechos, sin paternalismo y desinteresadamente, y ahí está la diferencia.

R. Marhikewun

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Boletín Aukiñ
Número 15 Primer Semestre 1989
Boletín del Comité Exterior Mapuche

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1). Nota de Boletin Aukiñ: La "Confederación Indígena de Chile" fue inventada por el winka (chileno) Cesar Navarrete, quién utilizaba el nombre del legendario héroe Mapuche Lonko Kilapan del que se hacía pasar como el descendiente directo. El propósito de su organización fue condenar la visita del Príncipe Felipe a Chile. La "Confederación" desapareció tan misteriosamente como apareció, cuando el Príncipe Felipe abandonó Chile.

 



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