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Príncipe Felipe de Araucania y Patagonia y los medios de Desinformación Por Reynaldo Mariqueo – 9 de enero, 2014 Hoy jueves 9 de enero, a las 14:30 horas, se celebró la ceremonia religiosa en la Iglesia de Tourtoirac, presidida por el capellán oficial del Reino de Araucanía y Patagonia. El sepelio tuvo lugar en el panteón familiar situado en la capilla de La Chèze (su residencia) en Chourgnac-d'Ans, la Dordogne, Francia.
Nació el 19 de febrero de 1927, en Paris, Francia y falleció el pasado 5 de enero en su residencia La Chèze. Fue periodista, escritor y decano, ocupando cargos públicos en organizaciones sociales, culturales y militares. No obstante, gran parte de su activa vida profesional y social la destinó en defender los derechos del Pueblo Mapuche y la legitimidad histórica y jurídica que el Reino de Araucanía y Patagonia posee como entidad soberana del Pueblo Mapuche en el derecho internacional. Dedicó parte de sus esfuerzos a defender en Francia las continuas embestidas publicitarias contra el Reino de Araucanía y Patagonia, utilizando los instrumentos legales correspondientes que le garantiza el estado de derecho y la democracia francesa, cuidando la imagen y el prestigio de la Casa Real y no permitiendo que se la deshonrara con injurias y calumnias. Durante su visita a Argentina y Chile entre el 29 de marzo al 14 de abril de 1989, el Príncipe Felipe y su delegación, de la que tambien formaba parte el Consejero del Reino Gastón Lion, fueron objeto de una persistente campaña de injurias y calumnias por parte de los medios de comunicación que puede considerase similar a la que se urdiera contra el Rey Aurelio-Antonio I a partir de 1860. En Argentina la propaganda mediática estaba encabezada por Enrique Oliva*, corresponsal del diario Clarín de Buenos Aires, en Paris, que escribía bajo el seudónimo de “François Lepot”. Este individuo, asociado a los servicios de inteligencia militares, afirmaba ser exiliado y opositor a la dictadura argentina pero, en realidad, trabaja para un periódico que defendía y justificaba las atrocidades cometidas por la Junta Militar contra sus opositores. El periodista Enrique Oliva ridiculizaba la Asamblea Constituyente Soberana Mapuche de noviembre de 1860 señalando que fueron "cuatro días de borracheras, sacrificios de caballos y bailes rituales." (1). La Asamblea Constituyente, conocida entre los mapuches como Futa Kolloj y a la que concurrieron más de 3000 delegados provenientes de las cuatro jurisdicciones territoriales que componían el Estado Mapuche, concluyó el 17 de noviembre de 1860 con la adopción de la constitución y la elección democrática del abogado Orélie Antoine de Tounens como el primer Monarca del Estado Mapuche bajo el nombre Aurelio Antonio I. Es importante enfatizar que del 25 al 30 de diciembre del mismo año (1860), la misma Asamblea ratificó su nombramiento. Sin embargo, estas evidencias históricas nunca fueron suficientes para convencer a los “historiadores” criollos y la prensa de los estados vencedores de la guerra de que Orélie Antoine de Tounens fue proclamado rey y no que se autoproclamó él mismo como aseguran tercamente. Esta fue una de las tantas preguntas mal intencionadas que el Príncipe Felipe debió confrontar en cada entrevista que daba entonces y que estaba destinada a restar credibilidad a la fundación del Reino Mapuche. Las prensas chilenas y argentinas tenían un odio que no disimulaban, no perdiendo ocasión para tratar de empañar su imagen. En 2001 el periodista Rodrigo Barría Reyes del diario "El Mercurio" de Santiago de Chile, escribía: “En Europa, el monarca se encarga de criticar la política indígena de las administraciones de la Concertación - también la del gobierno militar- , de alegar un etnocidio en contra de los indígenas y de asegurar que hoy en Chile existen presos políticos mapuches. "La bala está de lado del gobierno chileno", advierte respecto de la evolución del conflicto” (2). La verdad es que el Príncipe Felipe denunció la violación de los derechos humanos desde que asumió sus funciones en la Casa Real, y lo hizo con ejemplar firmeza y determinación como lo había hecho su antecesor y los antecesores de su antecesor. La campaña orquestada por las prensas chilena y argentina coludida con los intereses de la elite privilegiada, especialmente con aquellos que tienen intereses económicos directos en la Araucanía y Patagonia y que antes de la llegada de Internet tenían el monopolio total de la información, crearon una visión distorsionada de los hechos históricos relacionados con el Pueblo Mapuche y otros pueblos indígenas del Cono Sur que hoy da vergüenza ajena. Este sector social buscó por todos los medios posibles deslegitimar el gobierno monárquico establecido en el territorio mapuche por las autoridades ancestrales y el ciudadano francés –naturalizado mapuche- Orélie Antoine de Tounens. Hoy los hechos históricos tal como sucedieron están saliendo a la luz pública y ya la inmensa mayoría de los ciudadanos chilenos y argentinos reconocen la legitimidad de la lucha de los pueblos indígenas en pro de sus derechos humanos y por la recuperación de sus tierras ancestrales. En 1957 el Príncipe Felipe informaba en una conferencia de prensa que el pueblo Mapuche, al momento de la formación del Reino de Araucanía y Patagonia, era un pueblo independiente y denunciaba que Chile y Argentina estaban cometiendo un genocidio contra los mapuches, el diario El Mercurio de Valparaíso (3) se escandalizaba pretendiendo no conocer la verdad, en un vano intento de desmentirle al Príncipe lo indesmentible. Las enseñanzas y clarificaciones de los hechos históricos que tanto se le cuestionaba al Príncipe Felipe hoy les dan la razón, porque los hechos históricos hoy saltan a luz del conocimiento generalizado de un público inteligente y mejor informado. Hoy los mapuche hablan de genocidio, de campos de exterminio en la Patagonia, en las Islas Martín García y Dawson, y ya nadie se asombra porque la verdad se está finalmente imponiendo gracias a la cantidad abrumadora de antecedentes que emergen de diversas fuentes. Aquellos que decían tener la verdad absoluta e inapelable hoy caen en el ridículo. Entre ellos caen también en el desprestigio ciertos héroes nacionales, como el General Roca y el Coronel Saavedra, por la crueldad inhumana que los condujo a masacrar a pueblos enteros, en provecho personal y de la elite minoritaria que representaban. El Príncipe Felipe fue un hombre con integridad, un hombre decente, con sentimientos humanitarios, no es por nada que fue galardonado “chevalier dans l'ordre de la Légion d'honneur, la más alta condecoración de honor que puede ser otorgado a un ciudadano de la nación francesa. Para los mapuches fue un Weychafe (combatiente) de la causa Mapuche. Para mí fue un gran honor hacerle entrega, en representación del Consejo del Reino, de la medalla al combatiente mapuche Weychafe (reservada solo para los mapuches) durante la recepción de su 86º Aniversario que tuvo lugar el 23 de marzo de 2013. En aquella ocasión el Príncipe Felipe reflejó en su discurso el sentir ejemplarizado del Rey Aurelio-Antonio I, quien fuera adoptado por los jefes mapuche como un miembro más de la Nación Mapuche. Y en esa condición, asumir el rol de un combatiente más dentro de los combatientes del pueblo mapuche, legado heredado por los futuros jefes de la Casa Real, del cual el Príncipe Felipe, dijo sentirse totalmente identificado. Hacemos votos para que los futuros jefes de la Casa Real sigan encarnando ese sentimiento, que caracterizó al Príncipe Felipe, con el mismo compromiso y fidelidad de quien dedicó gran parte de su vida a seguir levantando la antorcha de la independencia y la libertad de nuestro glorioso Pueblo Mapuche. A pesar de que muchos mapuches desconocen la tarea que el Príncipe Felipe realizó en Europa y la importancia jurídica que el Reino Constitucional representa, se puede percibir una tendencia de un respeto no expresado públicamente. La prueba de ello se hace patente cuando uno se cerciora de que los ataques e insultos contra el Príncipe Felipe siembre vinieron del bando opuesto, de los que representan la voz de los estados opresores. En 1978, durante el viaje del Príncipe Felipe al Wallmapu, quedó más que evidenciado las artimañas y ardides de los enemigos de la Casa Real para desacreditarlo. Debe de ser frustrante tener que utilizar dirigentes mapuches falsos para lanzarlos contra el gobierno monárquico en el exilio. En esa ocasión grupos tenebrosos no identificados inventaron a un “lonko” mapuche y crearon una organización indígena fantasma para que criticara al huésped del Pueblo Mapuche. Sin embargo, los mapuches lo identificaron y delataron, poniendo de manifiesto que el mentado “lonko” era chileno y que la organización no existía realmente. No obstante, la estrategia comunicacional chilena tuvo su fruto esperado ya que algunas agencias de noticias extranjeras (entre ellas Télam de Argentina) reportaron que el Príncipe Felipe había sido criticado por las organizaciones indígenas chilenas (4). “El Príncipe Felipe en su testamento político designó al Sr. Felipe de Lavalette como el Príncipe Regente. Concluida la ceremonia fúnebre hoy, el Príncipe Regente y el Consejo de Regencia, integrado por miembros del Consejo de Estado y del Consejo del Reino, celebrarán una reunión para nombrar al sucesor del Príncipe Felipe y jefe de la Casa Real del Reino de Araucania y Patagonia.” 5 Utilizando el sistema mapuche para elegir a sus lonko (autoridades tradicionales) que armoniza o complementa el sistema hereditario y electivo, que prioriza las aptitudes y habilidades personales del futuro representante. Hoy se dará a conocer el sucesor del fallecido Príncipe Felipe y con ello se inicia un nuevo período de esta institución creada por las autoridades mapuches para defender sus intereses ancestrales, soberanos y jurídicos. Bibliografía:
______________________ *Enrique Oliva, escribió un libro insidioso, con infamias y calumnias contra el Príncipe Felipe, en un intento de dañar su imagen. Hoy circula un CD con informaciones históricas sobre el periodo de la Pacificación de La Araucania, dirigida a los historiadores y académicos, en el se incluye su libro “El ‘Rey‘de Araucania y Patagonia”, como fuente de información “fidedigna” sobre el Príncipe Felipe de Araucania y Patagonia. Para evadir responsabilidad el Sr. Oliva lo escribió bajo el seudónimo François Lepot, poco serio para un periodista de su investidura ¿no les parece?
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